Que hermoso sería el mundo si le quitáramos la gente.
El sauce llorón, haciendo gala de su nombre, escurre lagrimas del cielo. Y al caer del borde de la casa, como los dedos de un pianista, tocando un vals invisible, golpean las gotas, gordas y cansadas.
No es un intento de plagio: Aplastamiento de las gotas. Solo encontré en mi libreta este texto precisamente al estar escuchando esta canción, y, aunque no quise en primer momento postearlo por el parecido subconsciente con el texto de Cortázar, esta coincidencia me disuadió.
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