
Yo huí de mi casa por ella, dejé a mi mujer y mis dos hijos por una tonta aventura. Ella tenía eso que mi mujer no tenía: me necistaba. Mi mujer era una mujer demasiado fuerte e independiente, cuando me diagnosticaron cáncer y empecé los tratamientos de quimioterapia, ella cargó con todo en sus hombros. Yo pasé a ser un tercer hijo, incapacitado por el veneno que corría por mis venas y el que me disparaban para salvarme de mi mismo. Pero tras la operación, y la recuperación, uno no pierde esa sensación de que la vida está al borde de quebrarse constantemente. Así que tras veintidos años de matrimonio, con mis cuarenta y siete, decidí huír con una jovencita de apenas veintiocho años. Una niña que podría haber sido mi hija en otra vida.

Jamás hubiera creído si alguien me hubiese dicho que la venenosa era ella. Jamás hubiera sospechado que sus miedos eran tan falsos como sus sentimientos. Y al final fui yo el que se rompió como una copa contra el borde de la mesa, derramando mi contenído sobre esas baldosas con un diseño de tablero de damas. Me usó. Pero no puedo fingír ser una víctima inocente, pues yo intenté usarla a ella.
Le dí todo lo que pude y más. Nos escapamos un martes de tarde en mi auto y dormimos en hoteles durante dias camino a las montañas. Fui yo el que sugirió que ella durmiera en la cama y yo en el piso; tonto de mi intentando protegerla. Al llegar su novio me dio una golpisa importante. Me rompió tres costillas y un riñón.
Probablemente ahora él esté envenenado también. Yo simplemente no soy capaz de volver con mi mujer con el rabo entre las patas. De todas maneras ella no me necesita. En la clinica a la que fui tras las atenciones de su novio me encontraron una posible metastasis, o sea que probablemente tengo cáncer denuevo.
No quiero más venenos, así que terminada esta cárta voy a saltar por la ventana.
Eso te pasa por andar de gato macho!
ResponderEliminarY ella me cantaba http://www.youtube.com/watch?v=haLOjd58cS0 una y otra vez...
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