domingo, 28 de agosto de 2011

Socializando

— ¿Hola?
—Hola Juan. ¿Soy yo, Luis. Me haces un favor?
—Ah, hola Luis. Depende, ¿qué favor?
— Abrí mi facebook ahí en tu casa, me acabo de levantar y no tengo internet.
—Eeeeeh... Bueno... Dale... Pero... No se tu cuenta...
—Soyunbana@coldmail.com y la contraseña es 11111.
—Ok... ¿A ver? Tenes 38 notificaciones, cuato mensajes y tres solicitudes de amistad.
— ¿A ver las solicitudes?
—Una es de Remeras Nerd, otra es de Remeras Goticas II, y la tercera es de Florencia Smith.
—Aceptá todas, y abrí la de Florencia en otra pestaña.
—Mirá, tiene una foto de una mina casi en tetas, 52 contactos, 4 fotos en total, y por las publicaciones en el muro, se hizo el face anoche...
— ¡Genial! ¡No se la debe haber cargado nadie aún! ¡Puedo ser el primero!
—De hecho... Ya se la intentaron levantar, sin respuesta alguna, 49 de los contactos...
—Ah, bueno. ¿Y los mensajes?
—A ver, a ver... Bueno, uno es de Remeras Goticas I, dos son de tu madre, y el cuarto es mio de hecho...
— Fa, que mierda. ¿Y las notificaciones?
—Bueno, unas veinte son de grupos que-
—Yo no me uní a ninguno.
—Después hay respuestas a comentarios que hiciste en fotos de minas... Y por lo que veo son todos comentarios de otros tipos en las mismas fotos... Y dicen más o menos las mismas pelotudeces que vos...
—Ta, dejá. Cerralo nomás.
—Creo que te voy a borrar Luis. Sos bastante nabo.
— ¡Uh! ¡Pero ahora vos sabes mi contraseña! Haceme un ultimo favor, y cambiame la contraseña por...
—Voy a colgar ahora. Y probablemente cambie de número, así que no me llames más.
—Tenes razón, mejor ponele una contraseña secreta. No me digas cual es, que no confío en vos... ¿Hola?

La gente en porcentajes

Cuando conozco a un hombre, el 98% me da ganas de vomitarles la cara y clavarles un destornillador en el ojo; el 95% del otro 2% restante me terminan demostrando que eran imbéciles pero no me di cuenta a simple vista. Díganme machista (?) pero solo un 8% de las mujeres encuentro con una personalidad vomitiva, y suelen ser las que parecen un tipo ¬¬ No, no las machonas, sino las... Bueno, ya que estamos voy a describir a las mujeres según MI clasificación personal ^^ (O sea, dependiendo de que temas de conversación manejan)

Tipos:

-Hombre atrapado en cuerpo de mujer: 50% los hombres que le gustan; 25% el "novio"; 25% el ex 
En lugar de hablar solo de mujeres, hablan solo de hombres...

-Pendeja: 18% El que le gusta; 22% El ídolo del que está enamorada; 25% Cosas adorables; 14% Su sobrino/mascota; 21% Cosas de pendejo que te hacen acordar a TUS años dorados
Hablas bastante más vos que ella, y tenes esa alegría de ver como fuiste una buena influencia cuando crecen un poco XD Y la conversación suele tener un tono alegre que se contagia :P

-Filosofa: 9% Historia; 12% Mitología; 11% Sociología; 10% Política; 8% Religión; 10% Literatura; 40% Filosofía
¿Tengo que agregar algo?

-Estudiante de Psicóloga: 22% Psicología; 12% Gustos en común; 16% Enfermedades mentales propias; 50% Locuras
Locuras propias, locuras ajenas, demencias, enfermedades mentales, locuras, locuras, LOCURAS! ♥ Bueno, es un gusto adquirido... Ah, y no necesariamente estudian psicología...

-Científica: 8% Matemática; 12% Física; 18% Química; 23% Computación; 39% Nuevas tecnologías
Escasas, hay que admitirlo, pero valen su peso en silicatos :P

-Musicóloga: 50% Música y gustos musicales; 15% Discusiones del tipo "te gusta ese grupo solo porque el cantante está fuerte..."; 15% Discusiones del tipo "te gusta ese tipo solo porque toca la guitarra!"; 20% La banda que tiene/quiere crear
Bastante groopies, bastante groopies...

-Artista: 8% Pintura; 4% Arquitectura; 12% Música; 6% Literatura; 15% Cine; 35% Fotografía; 20% Locuras
Puede que no creen nada y sean solo criticas, pero suelen tener bastante de enfermas mentales, así que no me importa :P

-Nerd: 22% Anime y manga; 24% Computadoras y juegos de computadora; 16% Juegos de rol; 19% Memes de internet; 19% Series nerds
Sep, las hay. Y nop, los nerd hombres mayoritariamente hablan de como querrían una novia nerd "que los entienda" ¬¬

-Doña: 33% Como eran las cosas antes; 33% La cantidad de remedios que toma; 33% En que trabajan sus nietos
Sep, me banco la chachara de vieja porque me interesa aprender sobre la vida de antes :)


Subtipos:

  • Contacto del msn: Gran parte de la conversación se da con links y emoticons. Tienen el plus de que suelen vivir en otro lado, ya sea otra ciudad o otro continente.
  • Reventada: Mucha conversación ebria, es más, la mayoría en bares con pool o toques... Cabe destacar un elevado interés en hablar de sexo. (No tanto de hombres, sino de sexo en sí)
  • Estudiante: Mucha queja de su facultad, sí, pero un conocimiento bastante profundo sobre lo que sea que estudia(obvio) 
  • Egocéntrica: Ella, lo que le pasa a Ella, cosas en común con ELLA, pero sigue habiendo mucha charla interesante (si ella es interesante, ¿no?)
  • Revolucionaria: Suelen ser bien comunistas, pero hay buenos cerebros comunistas. Leen bastante, sobretodo autores rusos. No es recomendable hablar de política si uno no es de extrema izquierda. 
  • Víctima: Se habla mucho de sus problemas y un porcentaje más bien bajo de cosas en común. Al menos cuando se terminan de quejar dan buena conversación, y suelen ser muy habladoras.

Sí, ya se que me van a saltar con que los hombres también blah, blah, blah. Pero si sos un hombre, no vas a admitirlo; y si sos una mujer, no se demuestran frente a las mujeres como son en realidad...
En fin. Esta es mi visión. Igual tengo la sensación de que me falta gente acá XD

Ah, para dejarlos contentos les dejo la de los hombres:

Tipos:

-Imbéciles: 20% Mujeres; 20% Fútbol; 20% Sexo; 20% Agrandarse frente a otros hombres con sus anecdotas de ebrio/auto; 20% Sexo con su novia/exnovia/mujer/amante/s

-Posers: 20% Como son especiales; 20% Mujeres; 20% Sexo; 20% Agrandarce frente a otros hombres de como son más inteligentes y especiales; 20% Sexo con su novia/exnovia/mujer/amante/s

Subtipos:

-Nerd: Algún juego de rol, o uno de cartas como shu-gui-oh, algún shooter o juego de estrategia para jugar en red con sus amigos, algun juego online que le robe la vida y como no la pone desde el 84, son básicamente las variaciones. Aunque un nerd puede ser también un poser, un imbécil, o ambos...

miércoles, 24 de agosto de 2011

El valor tiempo del dinero

Veo como parpadea el cursor de texto...
Y es como una puñalada cada segundo que pasa...
Tic... toc... tic... toc...
y el tiempo se me desmenuza en las manos,
como arena cayendo por un reloj...





Lo pierdo, se que lo pierdo. La vida no es una carrera contra reloj, no es una búsqueda inalcanzable, no es una orgía interminable, con meros entretiempos. La vida es nada más y nada menos, que una simple anomalía. Una aglomeración de causalidades, y casualidades. Y resulta que de la manera en que nuestras mentes fueron forjadas por la evolución, uno genera cierta necesidad de autoestima, de sentirse útil, querido, capaz, de lograr cosas, y de ser el "mejor" Pero he aquí, que entre más capaz sea uno, más tiene que lograr, y uno SIEMPRE va a lograr menos de lo que pueda. O sea, que si yo puedo lograr 100, no voy a pasar de 60, o tal vez no llegue a los 20 por quien sabe que. NADIE nunca logra su máximo potencial, por el simple motivo de que nadie lo intenta. Así que siempre va a estar esa sensación de vacío en el pecho, por solo haber... 


Y ahí es que uno ve al presidente de la bolsa de NY y piensa "bueno, ta, pero yo no nací en EEUU" ¿Pero llegas a presidente de la bolsa de Banana Republic al menos? Entonces no metas excusas... Ah, claro, vos tenes "potencial" Sos como un billete de US$100 que no es nada, pero puede serlo TODO (figurativamente hablando) Es mucho mejor tener US$100 que tener una computadora de US$100 (Por decir un bien cualquiera que se pueda comprar con este dinero) Pero he aquí el dilema: Yo a la PC la puedo usar, por más porquería que sea, le doy un uso. Al billete el único uso que puedo darle es cambiarlo por algo que SÍ sea útil... ¿Se dan cuenta de la paradoja que es la inutilidad del dinero?

 Bueno, a ver si ahora dejas de tener tanto "potencial" y empiezas a SER algo de verdad... Porque el dolar se devalúa como toda moneda... Al menos la PC mientras pierde su valor la estabas usando...


martes, 9 de agosto de 2011

Ira controlada

Luna de miel, paseando por el interior del país, viendo caras nuevas, conociendo pequeñas ciudades. Pararon en un motel, dejaron las maletas y salieron en el auto en busca de un bar. Sí, era jueves, pero les gustaban los bares tranquilos. Ya tenían una rutina de hecho. Entraron juntos, miraron las caras y eligieron uno entre los dos. Tomaron un par de copas, y él se fue con un beso.

Se acercó al muchacho elegido y comenzó a coquetear con él, como buen mujer casada. Diez minutos después salían en el auto del elegido, porque el de ella se lo había llevado su marido. Llegaron al motel y entraron. Era de esos que dan absoluta privacidad, y nadie supo que entraron siquiera. Eso sí, le pidió al muchacho que estacionara a un par de cuadras por si las dudas...

Unos minutos después estaciona el auto y entra al motel el flamante marido. Ella le había dicho al muchacho que quería filmarlo todo. Por eso captura el momento en que la cuerda de piano le rodea el cuello. Intenta patalear, pero tiene los pantalones por los tobillos. El alambre se tensa sobre los guantes de cuero. El pobre desgraciado deja de luchar. Cae un cadáver al piso. Ella deja de filmar y desempaca la maleta, mientras él lleva el cadáver al baño.

Una cocinilla eléctrica, una holla a presión, una cuchilla de cocina, una cierra de caño, un martillo, una licuadora y un proyector. Se desnudan y meten el cadáver en la ducha. Lo carnean y limpian los huesos, que reducen a un tamaño manejable. Ponen a hervir los huesos, se duchan entre la carne y se aman. Se aman en la ducha y se aman en el cuarto, mientras el proyector pasa la escena del ahorcamiento una y otra vez.

Ya es de mañana. Los huesos están frágiles de haber hervido toda la noche. El los muele con el martillo mientras ella licua la carne. Tiran todo por el excusado. Excepto los testículos, que guardan en un frasquito de vidrio café, lleno de cloroformo, con un rotulo que lee "Franco". Con todo limpio y resuelto, guardan las cosas en la maleta, y el frasquito con los otros 34.

Fuga de ira

Era normal. Bueno, había sabido ser normal. Ahora solo quedaba esa criatura amorfa que se alimentaba de muerte. Al principio la ira lo invadió. No recordaba la última vez que había sentido algo, pero recordaba bien la ira. Como una bola de fuego que desde lo más hondo de su ser lo instaba a realizar los actos más aborrecibles, solo para saciar su sed de venganza.

No, ni siquiera eso; solo para desahogarse. No había necesidad de venganza, sino de satisfacción. No quería que el infeliz muriera, solo que sufriera. ¿Tanto como él sufrió? No, él no había sufrido. Pero quería causarle sufrimiento al maldito infeliz que ni sabía de su existencia, al pobre infeliz que de hecho no le había hecho nada, pero que lo merecía...

Un hacha. Sí, con un hacha podría... No, muy sucio. Desprolijo. Necesitaba algo silencioso y que no dejara rastro. Corazón Frío se fue calmando como era natural en él. Mataría al infeliz, pero como debe hacerse. Se alejó de la puerta en completo silencio y se dirigió hasta el piano que reposaba en la sala. Sacó una cuerda. Un La. Le gustaba el La. Enroscó un extremo en su mano izquierda enguantada y volvió caminando, con el rollo en la mano derecha enguantada. Aún escuchaba los gemidos.

Se metió en la alcoba y miró un par de segundos más en la penumbra, como se revolcaban como cerdos. ¿Duda? Estaba dejando que esa sensación de ira fluyera por su ser una vez más. Ella reposaba sobre su espalda, y el pobre infeliz, que había sabido tomarse su tiempo en recorrer las hermosas curvas con sus labios; las lomas con su aliento; los pechos con su lengua; los montes con su ardor; pero aún su espada seguía envainada. Corazón Frío sonrió al ver que el condenado infeliz aún no había comenzado siquiera su labor, y se apresuró a realizar la suya.

Moriría en la cárcel, pero no le importaba. Debía morir. Y con las manos cruzadas enlazó el desnudo cuello del infeliz. Ella gritó. Previsible. Pero el infeliz no pudo. El infeliz luchó por cosa de un minuto antes de perder el conocimiento. Ella miraba como pasmada. Corazón Frío no lo soltó hasta bastante después de que dejara de patalear. Lo único que lamentaba en ese instante de gozo total, era no haberle podido ver la cara al difunto infeliz.

Soltó el cadáver y la miró. Ella lo miraba con una cruza extraña de fascinación y ¿exitación? No había miedo en sus ojos, ni ira, ni ninguna de las reacciones que Corazón Frío esperaba. Se arrodilló frente a la cama con la cabeza gacha, ofreciéndole la cuerda de piano en señal de rendición. A ella no le haría nada: la amaba demasiado.

Ella tomó la cuerda en sus manos y la dejó a un lado. Tomó las manos de Corazón Frío en las suyas y las besó.

-Eso fue muy romántico Corazón-le dijo levemente al oído.

-Y no puedo creer como me excita-le susurró al apoyarle las manos en sus pechos.

Corazón Frío levantó la vista, más conmocionado por la reacción de ella, que ella por el acto de él.

-Pero me temo que ya no podrás ser mi mayordomo después de eso. Tómame en esta misma cama. Pero hazlo rápido, que el cadáver se enfría.

jueves, 4 de agosto de 2011

Y trucos viejos a un perro nuevo?

Nadie escucho llegar al auto. El primer ruido que lo anunció fue el golpe al unisono de la suela de sus zapatos de cuero contra el asfalto. Se puso el sombrero, predió un cigarrillo y entró fumando al bar. Se le dibujó una sonrisa bajo el bigote ni bien cruzó la puerta. Paso despreocupado pero decidido se acercó a la barra
—Un Manhattan—Dijo, más con el índice que con la voz.

Lo escucharon llegar desde cosa de una cuadra, pero para cuando llegó ya se habían olvidado de él. El bastón golpeaba la vereda con más ímpetu que sus alpargatas. Bajo la boina asomaban unas cejas tan pobladas que se distinguía donde estaban sus ojos por el grueso marco de los lentes.
—Servime una grapa—Vociferó desde la puerta ya, pero para cuando llegó, la grapa, de haber sido un café , ya se habría enfriado.

El joven de traje gris y corbata meneó una risa mientras pedía otro Manhattan, y el viejo de tweed le dijo:
—Yo soy vos con unos años más, así que no te rías mocoso.
— ¿Y qué me hizo caer tan bajo, oh, voz de la sabiduría?
—Annabel—Le escupió, antes de tragarce la grapa de un golpe.
—Coincidencia fortuita, mi novia gosa ese mismo nombre-
—Tarado, que es la misma. ¿No te dije que sos yo?
—Pero... ¿por qué Annabel me va hacer caer en desgracia? ¡Ella me quiere con locura!
—El  problema no fue ella, sino yo que también la quise con locura. No la pierdas pelotudo, que como yo vas a quedar de todas maneras—Le increpó mientras salía, dejándolo pasmado y pagando la cuenta por una vez.

Encuentro... fortuito?

Paró. Respiró hondo. Dio dos pasos y paró en seco. Dio media vuelta y paró una vez más. Apretó los puños. Cerró los ojos. Frunció los labios. Se volvió. Caminó con paso decidido hacia ella. Vio como conversaba con un par de profesoras. Siguió firme. Vio como un hombre alto y fornido se le acercaba. Apretó el paso. Vio como se saludaban con un beso. Siguió de largo.

— ¡Joselo!

Paró en seco, apretó los puños, cerró los ojos, frunció los labios y se volvió con cara de distraído

—Ah, Dalila. No te había visto.

— Ven que te presento a Sansón, el nuevo profesor de educación física.

"¿Cómo puedo ser tan buen actor y tan tímido a la vez? ¿Será que me han maldito las musas?" Pensaba Joselo al tiempo que saludaba con una sonrisa a Sansón, Dalila flamante profesora de biología, la cincuentona profesora de geografía, la sesentona de literatura y la ochentona de historia, que conservaban por sus conocimientos de primera mano...

"Salvado por la campana" Se dijo al tiempo que saludaba con la mano con gestos apurados, mientras subía la escalera del instituto. 

—Buen día clase. Soy José Luis Pereira, su nuevo profesor de matemática. Voy a proceder a pasar la lista. ¿Aguirre? ¿Astori? ¿Bertalmio...?

Terminó de pasar la lista, poniendo llegadas tarde a un par de desafortunados, faltas a los de siempre y la dejó sobre el escritorio. Sacó un libro del maletín. Se sentó. Apoyó los pies en el escritorio y se dedicó a leer un libro de una autora que ni sabía el nombre. El aula continuaba vacía.
Cuando escuchó ruidos tras la puerta entró en pánico, tomó sus cosas y se escondió bajo el escritorio.

— ¿No hay nadie en este salón?

Al escuchar cerrarse la puerta suspiró aliviado, pero al escuchar taconazos contra las baldosas contuvo el aire un poco más, y al ver un par de piernas femeninas, enfundadas en medias de nailon, paradas frente al escritorio, abrió los ojos como un conejo encandilado por los focos de un camión, que sabe no puede esquivar, por mucho que toque el claxon. 

Quien quiera que fuera se sentó. Y cruzó las piernas, acomodandose la falda inconscientemente. Joselo desvió la mirada inconcientemente. Escuchó un tamborileo. Escuchó un par de golpecitos secos y un suspiro, señal segura de que la clásica postura "antebrazo izquierdo y codo derecho en superficie, mentón en mano derecha" había sido adoptada. Quizá solo tuviera que esperar cosa de una hora arrollado para que no halla contacto... Su celular comienza a sonar en su bolsillo. Cierra los ojos. Aprieta los puños. Frunce los labios.

El grito que propinó ella, o no fue demasiado fuerte, o fue en una frecuencia ultrasonica que los humanos no pueden oír, pero nadie apareció para rescatar al pobre Joselo de dos o tres tortazos. Aparentemente la señorita Popins era profesora de física y despistada. Se equivocó de salón, Joselo le explicó porqué estaba donde estaba, y la señorita Popins le permitió el beneficio de la duda.

— ¡Ay, discúlpeme señor Pereira! ¡Es que soy tan inocente a veces! ¡ Déjeme compensarlo de alguna manera!

—Pero no diga tonterías que cualquiera se confunde en esa situación.

—Ay, no déjeme ver que tengo en la cartera.

— ¿Eh? "Y yo que pensé que se refería a otro tipo de compensación"

—A ver... Tengo esta agenda que viene con un bolígrafo que hace juego, aunque es del 2008 y el bolígrafo ya no escribe... Tengo esto, que no se que es, de hecho. Puede ser una gallina de hojalata o un reloj a cuerda. Y tengo- ¡ASCO! No se que es eso, pero está pegajoso y tiene envoltorio de colores—Dijo camino a la papelera—ESPERO sean unas pastillas viejas... ¡Uh! Esto es perfecto: tengo estas dos entradas para ir al teatro este sábado, ¿que le parece?

—No, si compró dos seguro que era para ir con alguien más.

—No, si mi hermana me las consiguió gratis—Bajó la vista y cambió el tono—Y yo le dije que iba con mi novio, porque me trajo dos y no tuve el valor de decirle que no tengo con quien ir.

—Mmm... Lisístrata... Bueno, en vista que no le costaron nada... Y  a mi Aristófanes me encanta... Hagamos esto, yo la acompaño para guardar las apariencias con su hermana, y quedamos a mano. ¿Qué le parece? ¿Trato?

Y estrecharon las manos sonrientemente al tiempo que sonaba la campanada.

Joselo caminaba malhumorado por el pasillo. El manotazo colorado del cachete fue motivo de risitas y comentarios a escondidas en su segunda clase, y no le gustaban las insinuaciones que entre veía en los pasillos. Sobretodo de las alumnas... Subió una escalera que no debía para alejarse del tumulto, y encontró a la señorita Popins con cara de desconcierto y un papel en la mano.

—Se perdió de nuevo.

— Ay, sí. ¿No me podrá ayudar a encontrar el salón 213?

— ¿213? Dejeme ver... Salón 2 B, ese justo ahí.

— ¡Ay, perdone usted, pero puedo ser tan boba a veces!

—No, el la B parece un |3 en esa fuente, es entendible el error—Y le sonrió.

Bajó por la escalera que tampoco le correspondía bajar, y pasó frente adscripción. Y ya que estamos...

—Hola Olga.

—Hola Joselo. ¿Placer o negocios?

—Información. ¿Qué me podes decir de la nueva de Física? Popins.

— ¿Eh? No tengo ninguna nueva de Física. Y menos con ese nombre.

—Es el apellido... Ahora mismo tiene clase en la 2 B.

—No, con ese apellido no tengo a nadie Joselo. Y te digo más: la 2 B no tiene grupo, la van a pintar ahora más tarde.

Subió corriendo por la escalera, trotó por el pasillo, y bajando la velocidad se detuvo frente a la famosa puerta 2 B. Entró y encontró en efecto los pupitres tapados y hasta los tarros de pintura, pero ni rastro de ninguna Popins. Pero sobre el escritorio vio un sobre blanco. Sobre la tela blanca que cubría el mueble parecía puesto a propósito para que nadie lo viera, pero sabía que iba dirigido expresamente a él.

"Estimado señor José Luis Pereira:
Queda usted invitado cordialmente a un almuerzo romántico, este mismo mediodía, en el restaurant "Lo de Julia" Se que le queda conveniente, por encontrarse a meras dos cuadras de su hogar.
Sin más lo espera, siempre suya:
Julia Popins."

Y todo muy bonito si no fuera que la carta estaba "escrita" con todas y cada una de las palabras recortadas de revistas y pegadas minuciosamente para formar las frases...