jueves, 29 de marzo de 2012

se realiza la incisión

—Bueno, entonces naciste en una estación espacial, la mitad de tu cuerpo son partes reboticas, tenes una hermana gemela que ES un robot, y creciste en una base científica en la Antártida. ¿Voy bien?
—En realidad es bastante impreciso su resumen, pero lo toleraré si simplemente me cita en el artículo.
—Bien, me parece justo. Bueno, ¿por qué fue necesario que te criaran en una base en medio de la nada? ¿Era para mantener secreta tu existencia o algo así?
—Eh, no. Mis padres se mudaron en los noventas cuando la fundación Agora se estableció en territorio neutro. Como ya debe saber, la Antártida fue declarado el continente científico, y no pertenece a ninguna nación, exceptuando ciertas parcelas. Mis padres decidieron renunciar a sus nacionalidades como hicieron la gran mayoría de los científicos que fueron a vivir a la base.
— ¿Para qué?
—La idea era crear una utopía, una nación solo de científicos. Congregar las mejores mentes del mundo en un espacio confinado junto a tantas otras mentes brillantes, con los mejores equipos y sin motivación alguna excepto  la innovación científica per se. El gesto de renunciar a las nacionalidades representaba tomar al Agora como tu nueva nación.
—Entiendo eso, pero digo ¿para qué se mudaron a la Antártida tus padres si eran expertos en robots?
—Es un buen punto. Ellos simplemente podían haber trabajado en cualquier lugar del mundo, y en la base de Agora tenían acceso a los mejores equipos y colegas. Además de que eran participes del espíritu del Agora.
—Ok, ok. Y tu... ¿hermana?
—La mayoría de los científicos que tenían hijos simplemente volvían a sus países para que estos tuvieran una educación normal. Y luego estaban los que habían participado del mismo proyecto que mis padres, los cuales tenían o hijos fallecidos o en el espacio. Yo soy la única que sobrevivió un aterrizaje, y soy la única humana nacida en el espacio que hoy día vive en la tierra.
—Así que no había otros niños para que jugaras mientras crecías.
—Mis padres creían en dar el ejemplo, y decidieron criarme en la base para que la gente dejara de irse cuando un embarazo se hacía patente entre la comunidad. Pero llegado cierto punto fue obvio que no podía seguir jugando con tubos de ensayo y capsulas de petri, y que no era saludable para mi psique que mi mejor amigo fuera un bioquímico con asperger, que aún sospechamos si no se enamoró de mí.
   Mi hermana nació como un experimento al igual que yo. Al principio era como una mascota mía. La construyeron con un cuerpo correlativo al mio, para que pudiera acompañarme en mis actividades recreativas. Pero a medida que yo crecía, ella debía reemplazar su cuerpo por uno nuevo. Mi padre puso mucho empeño en ella, y recuerdo que cuando yo tenía no más de once años, el profesor Bauer fue incapaz de diferenciar cual era cual en cierta ocasión que mi hermana me acompañaba en hacer la mímica de dormir una siesta.
—Esto es francamente fascinante señorita-
—De hecho la palabra señorita fue removida del idioma español por la RAE, así que tecnicamente debería referirse a mi como señora.
— ¿Sos así de quisquillosa con el idioma español por crecer entre científicos o por crecer entre robots y computadoras?
—En realidad en la base solo se habla esperanto. Soy "así de quisquillosa con el idioma español" porque lo aprendí de adulta.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Sobre la escritura

Como yo lo veo hay dos partes en una historia, la historia en sí, y todo el trasfondo de los personajes. Normalmente uno tiene una historia que quiere contar y posiciona un personaje que tenga ciertas características en el lugar apropiado para que haga lo que es necesario para que la historia se desarrolle como uno quiere. Otras veces, o lo que yo más comúnmente hago, es crear un personaje, con todo su trasfondo y forma de ser, moldeado por su personalidad y sus experiencias pasadas, y partiendo de alguna premisa simplemente desarrollo según como me parece que dicha persona hubiera reaccionado de ser real. He aquí mi dilema: no tengo una historia, sino un personaje, el cual lo más probable es que solo quiera vivir su vida como una persona normal. Tiene que haber problemas, tiene que pasar algo INTERESANTE, tiene que haber un "malo" en la película para que haya una pelea final. Me gusta sobre todo que el "malo" simplemente tenga intereses opuestos al protagonista en lugar de ser malo, y que no esté claro el final. Me gusta que el lector entienda los distintos bandos en una historia, porque en la vida real no hay buenos vestidos de blanco y malos vestidos de negro, sino un montón de gente vestida según como esté el clima.
Entonces como solo me dejo llevar por los acontecimientos, a veces se me ocurre algo interesante que puede ocurrir más tarde, pero la historia simplemente se mueve en otra dirección, y no tengo pié para lo que tenía planeado, y ahí tengo la opción de hacer un deus ex machina, de volver atrás o descartar eso que quería agregar. Termino con tres versiones distintas de cada historia guardadas en borrador, y luego tomo la que más me gustó y la sigo hasta que tengo otro tenedor, y luego hay cerca de doce posibles escenarios para una misma historia que nunca parece tener un final cerca.
Ese es otro problema: a veces pienso en un final, al cual tengo que crearle una historia antes, y cuando quiero acordar, tengo un final, un comienzo y no logro que se junten no importa que pasa, hago otro final para la historia y me digo que luego haré la historia para ese final. O nunca la hago, o me pasa devuelta lo mismo...
Con una narración tan prolongada como una novela, todos los problemas que acabo de mencionar se acumulan. En Legión, tenía una historia que contar, y medio que metí un personaje que era más o menos yo hace unos diez anhos, y cuando quiero acordar, en contar la historia le fui dando forma al personaje, que terminó siendo alguien totalmente distinto. Ahí me enfrento a la posibilidad de reescribir el comienzo o moldear el personaje nuevo. Es obvio que el personaje nuevo se adapta mejor a la historia y tiene más profundidad y trasfondo, así que tengo que reescribir el comienzo, y de golpe el nuevo personaje hubiera hecho algo distinto y no pasa lo que pasó, y termino desechando cuatro capítulos porque resulta que eso jamás pasó. Y luego tenemos ciertos juegos de palabras, descripciones o incluso chistes de los que estoy especialmente orgulloso, pero los acabo de descartar, y los guardo igual porque me dan lastima y ahí tengo guardados pedazos sueltos que trato de darles un uso.
El problema está en que uno a veces 'tiene algo que decir" como se suele decir, y a veces tiene ese golpe de inspiración que si resulta que justo no tenías papel y lápiz cerca se pierde para siempre en el éter. Entonces uno malgasta la inspiración en describir como un pedazo de queso que quedó olvidado en el fondo de la heladera se está volviendo una forma de vida inteligente, y cuando tiene algo de verdad que contar, como, oh, no se, un ensayo sobre la reestructuración de la sociedad para permitir una economía de recursos, lo cuenta de la manera tan escueta y desabrida que termina estancado eternamente en el borrador de la vida.
Hay entonces tres formas de narración: la historia, el poema y el ensayo. En la historia lo que importa es que pasa, los acontecimientos, el nudo y el desenlace, y el trasfondo solo está ahí para que tenga donde ocurrir la narrativa. En el poema en prosa lo que importa es el lenguaje que uno emplea, como describe los acontecimientos, los personajes, las sensaciones que uno trata de generar en el lector, a veces no hay personajes sino solo un momento de belleza que uno quiere compartir, o incluso no hay acontecimientos y solo es una descripción hiperbólica de un objeto de deseo. En el ensayo lo que importa es el mensaje, uno trata de llegar al lector o no, pero tiene algo que contar, algo que sacar de su pecho, a veces la moraleja está enclaustrada en una historia, a veces no, a veces solo es uno divagando sobre un tema sobre un teclado, a veces son horas de profunda meditación y consciensuda autocorrección antes de presentar el diamante pulido, a veces no hay ensenhansa moral alguna, sino una idea que se quiere plantear, o incluso un tema sobre el que se quiere hablar, a veces en lugar de respuestas se presentan preguntas, en la esperanza de que el lector las responda o en un banal intento de invitar a la reflexión.
Estuve pensando en cambiar el diseño del blog a algo más minimalista, limpio y aseptico; en reducir mis etiquetas a "ensayo" "narración" y "poema"; y también estuve pensando en mudar el blog a otra dirección, una más fácil de recordar, buscar y encontrar. Después me di cuenta de que estas cosas son totalmente superfluas, y le estaría dando demasiada importancia al color de fondo. Me gusta como está.

lunes, 26 de marzo de 2012

Con precisión quirúrgica

—Bien, empezá por contarme de donde sos bien.
—Bueno, es complicado.
— ¿Qué tan complicado puede ser?
—Mire, mis dos padres renunciaron a su nacionalidad y crecí en territorio de la Antártida considerado como "neutral" Técnicamente no tengo nacionalidad.
—Bueno, pero sos de la Antártida entonces. ¡Eso es genial por cierto!
—No nací ahí...
—A ver, sorprendeme.
—Fui concebida y nací en una estación espacial.
—No te puedo creer... Pero, ¿eso no te afectó de alguna manera...?
—Afectar no se si sea el termino correcto. Puede que "atentar contra mi existencia" sea un poco más preciso. Mis padres participaron en un programa especial de concepción en gravedad cero. Ya se había logrado un orangután en el espacio. Mi madre tenía que mantenerse en una especie de centrífuga para que mi feto se fortaleciera.
   El mayor riesgo fue obviamente en el reingreso. Tenía seis semanas. Podrían haber esperado un par de años, pero mis padres no querían que yo creciera en gravedad cero (ya era un ser humano a ese punto) y prefirieron arriesgarse a que pasara lo que pasó, a que ya más tarde fuera peor y ya no pudiera vivir en la tierra porque mis huesos no pudieran soportar el peso de mi cuerpo, entre otros problemas.
— ¿Qué fue lo que pasó?
—Mi corazón falló, reventaron muchas arterias y vasos, y perdí un ojo incluso.
— ¡Dios mio!
—Dios no tuvo nada que ver con eso.
— ¿Odias a tus padres?
—Pero ¿por qué habría de odiarlos??
—Por concebirte en el espacio y hacerte pasar por eso solo por un experimento. Por jugar contigo como si de una rata de laboratorio se tratase.
—No, en absoluto. Les debo mi vida. Si ellos no hubieran querído participar en ese experimento yo no estaría aquí y ahora.
— ¿Pero no hubieras preferido que simplemente tuvieran una hija en tierra como una pareja normal? ¿No te parece que es un poco irresponsable de su parte jugar así con una vida humana aún no nacida? O sea, solo porque ellos sean tus padres no quiere decir que sean tus dueños. Tenes derechos como todos los demás, y tener hijos no es como ir al super y comprar una mascota. ¡Son seres humanos!
—Primero que nada, no veo que sea malo lo que hicieron. Después de todo, las experiencias de vida de cada uno nos moldean y son lo que nos hacen ser lo que somos. Sí, si mis padres me hubieran tenido en tierra sería más fuerte y no tendría estas prótesis mecatronicas, y si no hubiera crecido en una base científica probablemente no tendría TOC, agorafobia ni misofobia; pero también podríamos especular sobres si mis padres hubieran tenido sexo una semana después, con otro juego de espermatozoides, no sería yo, sería otra persona la que estaría viva, o tal vez no estuviera viva ya, y ni idea de si estaría aquí y ahora.
—Ok, sí, eso te hizo ser quien sos, pero me sigue pareciendo que es jugar con la vida de una persona y no respetar los derechos que-
—SEGUNDO No tenemos derechos por el simple hecho de ser seres humanos. Tenemos derechos porque nuestros padres nos los brindan, tenemos derechos porque la sociedad en que vivimos los incentiva a ellos, tenemos derechos porque se hizo una convención donde se decidieron cuales son los derechos inalienables de cada ser humano que nazca en la tierra. Yo tengo derechos porque mis abuelos les inculcaron a mis padres que tenían que respetarme, porque donde yo crecí no había policía, ni asistentes sociales, ni orfanatos. Y aún así me criaron como toda una señorita y hasta me dieron una hermana gemela para que me ayudara a desarrollarme y no me sintiera sola.
— ¿Tenes una hermana gemela? Medio que eso no se si lo decidieron tus padres, no se que tan agradecida deberías estar. ¡Yo estoy un poco más indignado por saber que hicieron pasar a dos criaturas por eso en lugar de a una sola!
—No, no, no has entendido. Mi madre es ingeniera en computación, y tiene un doctorado en inteligencia artificial, y mi padre es ingeniero en mecatrónica y tiene una maestría en robots antropomorfos. Mi propio padre trabajó en las prótesis que llevo. No puedo decir como tantos otros humanos que lo único que mi padre aportó fue su esperma. Pero para mi hermana mi madre aportó su mente y mi padre su cuerpo.
—O sea que... tu... hermana... es un... ¿robot?
—No, es un ciborg igual que yo. En mi caso soy principalmente humana; mi corazón, ojo izquierdo, mis piernas, mano derecha, brazo izquierdo y oídos son prótesis mecatrónicas. Mi hermana es principalmente androide, pero tiene papilas gustativas, piel, fosas nasales, un sistema respiratorio, digestivo y sanguíneo para mantener con vida es resto. Incluso consiguió una vulva a escondidas de mis padres, pero no le digas a nadie.
—Ok, eso fue realmente demasiada información... Creo que tengo que sentarme...

sábado, 24 de marzo de 2012

Switch!

   Edmundo labraba el campo con el arado de su padre, tirado por el caballo de su tío. Había llovido la noche anterior y tenía barro hasta las canillas, y a las siete de la mañana solo el arduo trabajo lo ayudaba a mantener el calor corporal. No tenía más opción que arar de sol a sol. Su padre y sus hermanos estaban trabajando también. En realidad podía solo no hacerlo, pero eso hubiera significado que su padre le diera una paliza con la hebilla del cinto de sol a sol. Se tenía que hacer rápido, cosa de poder plantar rápido las papas, cosa de que crezcan lo antes posible y poderlas vender para comprar todo lo que no fuera papa que precisaban para vivir, como ropa, o carne. Sí, tenían plantado zapallo, boniato y otras cosas, pero no tenían campo de pastoreo como para mantener vacas y ovejas, así que no tenían ni leche, ni carne, ni lana. Y eso por dar un ejemplo, que  las ollas no crecen en los árboles tampoco. Un par de árboles frutales si tenían, un par de manzanos, perales, higueras, etc. Y unas cuantas gallinas también. Leña simplemente buscaban en el monte.
   Todo esto pensaba Edmundo para motivarse y seguir trabajando. Y entonces ocurrió. No hubo chispas ni rayos, ni luces danzantes, ni un túnel en espiral, ni relojes rompiéndose, ni un almanaque al que las hojas se le caen, ni básicamente nada. Fue como si hubiera parpadeado y de golpe el campo se llenó de casas, y el arado desapareció. Así, como si no se hubiera dado cuenta y hubiera estado durmiendo todo el tiempo, y solo se diera cuenta al despertarse. Obviamente quedó desconcertado al instante, pero lo abrupto del cambio hizo que no se asustara.

— ¿Hola? — Articuló levemente.
—Hola— Le contestó una mujer que pasaba por la vereda.
—Esto... ¿Dónde estoy?
—Esta es Convención, y aquella es Irurtia. ¿O pregunta por el barrio?
—No, digo... O sea... Perdone, es que no entiendo nada. Yo hace un minuto estaba arando el campo que arrendamos y de golpe estoy acá. ¿DÓNDE estoy?
—Este... A ver, quédese tranquilo. ¿Toma algún tipo de medicación?
— ¿Eh? No, ¿eso que tiene que ver con algo?
— ¡Oficial! A ver, el señor policía lo va a ayudar.

El policía lo primero que le pregunta es su nombre, nacionalidad, fecha de nacimiento...
— ¿Cómo que 1896? ¿No será mil NOVECIENTOS noventa y seis?
— ¿Eh? Pero si estamos a mil novecientos doce recién, ¿de qué me habla?

   Y veinte minutos después ya estaba Edmundo camino a un hospital psiquiátrico, donde permaneció un par de días en observación, mientras llegaban los resultados del sistema con la identidad del muchacho. Es solo cuestión de corroborar las huellas digitales con las del banco. Lo primero que hicieron, obviamente fue compararlas con las de un tal Edmundo Araus, pero en el sistema salía que nació efectivamente en 1896 y desapareció el veinticuatro de marzo del año mil novecientos doce, por lo tanto sus huellas no se encontraban digitalizadas. Cuando el psiquiatra aseguró que no tenía rastro de problemas mentales, excepto un total desconocimiento de todo lo referente a la vida actual, y esa noción de estar cien años antes de la fecha, esquizofrenia fue el diagnostico del jefe del hospital, aún cuando no tenía el perfil.
   Llegado este punto, un cierto oficial, no tan escéptico como el resto del cuerpo, decidió comparar las huellas del sujeto con las del Edmundo del archivo. Y valla sorpresa cuando fueron prácticamente iguales. El jefe del hospital mantuvo su postura de no hacerle saber, porque eso solo incentivaría su comportamiento psicótico, pero en vista que no tenía parientes que lo visitaran, el oficial decidió hacer uso de dichos privilegios.

—Así que estamos a dos mil doce. El mismo lugar donde crecí, pero cien años en el futuro.
—Bueno, técnicamente es el presente.. ¿Qué es lo último que te acordas?
—Estar arando el campo que le arrienda mi padre a Don Zoilo, con el arado de mi padre y el caballo de mi tío.
—Bueno, la verdad no tengo ni la más remota idea de como llegaste a acá-digo, a ahora. Pero yo en tu lugar solo decía que estamos a dos mil doce y que te suelten.
—Pero no se nada del futuro. Si me preguntan quién es el presidente no tengo ni idea.
—No te preocupes, que eso es normal en cualquiera de tu edad mijo.
—O sea que toda mi familia ya ha muerto...

   En eso le suena el celular al policía. El desconcierto dio paso a la curiosidad, y cuando le empezó a mostrar todos los cachivaches que tenía el sencillo celular del policía, medio que se olvidó de todo lo que había perdido, por todo lo que podía haber ganado. Dos días más tarde y Edmundo se iba a vivir con el policía y su mujer. (Ella perdió su primer embarazo y ahora no podían tener hijos). Edmundo no había hecho más de tercero de escuela, así que el oficial lo mandó a hacer nocturna.

   Mientras tanto, en 1912, en un campo embarrado, un hombre de traje y corbata trata inútilmente de buscar señal con su celular, mientras un caballo pasta a unos metros de distancia...

martes, 13 de marzo de 2012

Anubi's Watch


Un hombre mayor espera sentado en un banco solitario en la estación de tren de un pueblo apartado. Su única compañía es un hombre alto y fornido, con una larga gabardina y un sombrero ancho sobre sus largos cabellos negros. Aunque la ropa es del mismo tono marrón oscuro contrasta con el sencillo traje del hombre que espera tranquilamente apoyado en su bastón.
—Tranquilizate Adolf. Podemos estar seguros hasta llegar a Londres. Es ahí que precisare de tus servicios.
—Tanta tranquilidad me pone nervioso Doctor. Estoy acostumbrado al peligro contante, no a la calma antes de la tormenta.
El Doctor lucía un par de gafas circulares que enmarcaban unos ojos marcados por el cansancio. Un prolijo bigote reposaba bajo su pequeña nariz, y un bombín cubría sus encanecidos cabellos. Una enorme bolsa yacía junto a las rusticas botas de Adolf, era su equipaje. El Profesor por su lado llevaba una pequeña y modesta maleta revestida de verde.
—No me malinterpretes. Fui yo quien te contrato después de todo. El peligro ES constante, es solo que realmente no espero ningún intento de parte del General hasta llegar a Londres. No debería saber que estoy aquí siquiera.
—No le puede decir a un lobo que se tranquilice Doctor.
El profesor saco su reloj de bolsillo de su chaleco y miró la hora. Era un bonito reloj que su hermana le había regalado poco después de la muerte de su esposa. Había tomado todas las precauciones que se le habían ocurrido para que nadie supiera de su presencia allí. Lo que menos quería era poner en peligro a su hermana, pero no podía irse del país sin antes despedirse, y no confiaba en que una carta llegara sin ser interceptada. El General tenia muchos recursos.
En la taquilla dormía el anciano vendedor de boletos. Probablemente ni se despertaría cuando el tren llegara. Solo un gato caminaba por los andenes vacíos de la pequeña estación y unas hojas de periódico movidas por el viento movían la paz que reinaba.
—Ya es hora Adolf.
—Lo sé. Escucho llegar el tren.
Lentamente, de manera casi imperceptible, una niebla empezó a aparecer a su alrededor. Adolf pudo ver caer inconsciente al gato antes de notar el olor. Para cuando cuando se reactivo, el Doctor ya estaba dormido. Saco su hacha-escopeta, pero no había a quien apuntar.Adolf intentó levantar al Doctor entre la espesa humareda que los rodeaba a esa altura, pero el esfuerzo, por más que Adolf podía con el peso de ocho Doctores, solo logro que cediera ante el gas.
Para cuando el tren llego a la estación, solo encontró a Adolf tendido junto al banco y un humo blanco que se dispersaba...

viernes, 9 de marzo de 2012

Siguiente piso: el valor de la vida humana

—Hola Rafael.
—Hola Micaela.
—Tengo un pequeño inconveniente.
—A ver, contadme.
—Cuando miro a una persona caminando por la calle no puedo evitar acordarme de que no son más que una aglomeración de proteínas.
—Pero eso es lo que son las personas: un animal muy inteligente.
—No, pero más allá de que no son más que meros animales. Los animales, las plantas, no son más que un montón de reacciones químicas. Solo siguen el camino que ofrezca menor resistencia como un río.
—Sí, un ser vivo solo es un sistema que intenta aumentar el nivel de entropía siguiendo el camino que ofrezca menor resistencia, que se volvió cada vez más complejo con el paso del tiempo. Pero no se porque saber la verdad te representa un problema.
—En realidad no es eso lo que me molesta, sino sus derivaciones.
—¿Por ejemplo?
—¿Cómo piensa una persona?
—A través de su cerebro, que no es más que un montón extremadamente complejo de proteínas.
—Pero son capaces de tomar decisiones, ¿no? O sea, que tienen conciencia y libre albedrío, ¿no?
—Sí, es cierto.
—No, de hecho no. Sus decisiones no se diferencian de las que tome un perro o una ameba. Solo tienen más variables en su ecuación para tomar en cuenta. Una araña corre cuando siente viento en su espalda porque quiere decir que está al descubierto, o sea en peligro. Un humano primero miraría a ver si realmente está en peligro, pero correría igual.
—A no ser...
—Sí, a eso iba. Pensemos en los sucesos y condicionamientos que modelan el comportamiento de un ser humano. Llamemosle a esto un programa. Un ejemplo es cuando un padre golpeador le crea un complejo de inferioridad a su hijo, lo cual lo hace golpeador a él cuando tenga una familia.
—Pero ahí estamos entrando en el campo de las noxas.
—Sí, las enfermedades mentales son los programas que los humanos se han tomado el trabajo de catalogar y buscarles una explicación. Pero en realidad TODO el comportamiento humano está condicionado por distintos programas en mayor o menor medida.
—Ilústrame.
—Digamos que naciste en una familia con pocos recursos, por lo que sientes que debes ser un hombre acaudalado para ser alguien. O simplemente asocias los momentos en los que tu padre te daba un regalo como esos escasos momentos felices donde tu padre te demostraba cuanto te quería.
Ahora imagina que tu, como hombre exitoso le haces muchos regalos a tus hijos porque es la manera que aprendiste de demostrar amor. Tu hijo va a sentir que su padre no lo quiere, y solo le da regalos, y así sucesivamente.
—¿Cuál es tu punto?
—Una enfermedad mental se determina como tal porque no le permite al individuo funcionar "correctamente" en sociedad. Sí consideramos que todos los humanos se comportan según como fueron programados, la única diferencia sería que los enfermos mentales tienen programas dañinos.
—¿Así que solo porque te permita funcionar en sociedad, no quiere decir que no tengas una enfermedad mental?
—No son enfermedades mentales. He ahí el porque de darle un nombre distinto.
—Pero sabiendo esto, ¿no se recuperaría el libre albedrío?
—Nunca se perdió lo que nunca se tuvo.
—Vamos, el hombre acaudalado tuvo que elegir su carrera, su mujer, si tener o no hijos, que acciones comprar en la bolsa de valores, que taxi tomar, etc.
—¿Qué carrera? La elegiste por él en el mismo ejemplo que acabas de dar. Incluso el hecho de no elegir ninguna, o no elegir tal o cual porque es la que se espera de ti, está programado por algo más.
—O sea, que solo son variables que no estamos tomando en consideración.
—Es todo una ilusión. Como las computadores que simulan muy bien tomar decisiones, cuando en el fondo solo están siguiendo el programa que dice "en caso de A, has B"
—Pero un humano puede decidir que "en caso de A, puedes hacer B a no ser que no tengas ganas"
—Que no tengas ganas solo es otra variable. "en caso de A, has B, a no ser que C" Las ganas se dan a su vez por mil y un otros factores. Ellos no tienen elección.
—Aún no veo donde te afecta.
—No existe el bien, ni el mal; no toman decisiones, sino que simplemente se comportan como fueron programados, ya sea para ser un santo, un pedófilo, una estrella de cine o cajero de super; no importa realmente si mueren o no; no importa realmente si sufren o no, solo es una reacción programada más. ¿Cuál es el punto de castigarles? ¿Para qué molestarnos ayudarlos a aliviar sus penas o a ser felices? ¿Por qué deben ser mejores en absoluto?
—Porque no es relevante porqué sufren, sino si sufren o no. Porque nosotros también fuimos programados para ayudarles, tanto a aliviar sus penas como a que alcancen su felicidad personal antes de que sus efímeras vidas perezcan. Porque somos ángeles Micaela, por eso.
—¿Porque sí? Esa respuesta no es típica tuya Rafael.
—Me gusta lo que hago, no le veas lo malo.
—No voy a detenerme solo porque sea inútil. Solo quería conversar mientras el descensor llega al nivel del suelo.
—¿Y qué te parece: porque sin los humanos seguiríamos bajando con nuestras alas en lugar de estos cómodos descensores?
—A mi me gustaba usar las alas.
—Nunca te conformas con nada, ¿eh? Calla Mihael que ya llegamos.
—¡Micaela!
*Dink!

jueves, 8 de marzo de 2012

Evitar el dolor

   ¿Por qué el sufrimiento importa tanto? No es más que una sensación. Obtener placer no importa tanto como evitar el sufrimiento. ¿Acaso hay un nivel de placer que se equipare, en la otra punta de la escala, al dolor de que te amputen una pierna? No creo que sea tanto por la fuerza de las sensaciones, sino más bien por la fuerza del impulso. Por lo general uno puede simplemente contenerse y no tener sexo, o comer chocolate, o lo que sea que le de placer; pero solo una fuerza de voluntad superior puede evitar reaccionar a un dolor tan leve como un golpe en el estomago.
   Tal vez sea solo la sorpresa, después de todo solo los niños se quejan por las vacunas, y mucha gente se hace tatuajes, los hay incluso quienes se cortan a si mismos. Pero vallamos al otro tipo de sufrimiento: ¿por qué pesa más perder a un ser querído que ganar uno? De nuevo asúmo que porqué la muerte se da de golpe, mientras que un amigo se gana con los años; si la muerte es paulatina uno se puede ir haciendo a la idea; y en contraste el nacimiento de un niño se da de golpe. De nuevo el tiempo es único factor preponderante...
   Pero a lo que yo iba era a que se hacen mil marometas para evitar el sufrimiento de tanta gente. Ya sean las mujeres de Aravia Saudita, los niños de Kenia, los pacientes de un hospital psiquiatrico, los condenado a muerte por el govierno estadounidence, o la gente que vive en las calles. Uno tiene que evitar el sufrimiento de los demás. Y está mal porque está mal. Nadie se esfuerza en asegurar el placer de aquellos que tienen una vida vacía.
   Creo que veo mi error, yo pienso una vida "normal" como una sin preocupaciones, donde uno que sufre tiene una vida con problemas, y uno que experimenta placer tiene una vida por encima de la mendia. Tal vez si considero que la vida por default es la problematica, la sin problmas es una por encima de la media, y una colmada de placeres se escapa de la grafica. Ahí evitar el sufrimiento es simplemente tratar de equiparar las vidas de las personas del mundo. Bueno, yo creo que todas esas yankeys cuarentonas divorciadas, que adoptan un niño por correo lo hacen para sentirse superiores. No porque ayudar las haga mejores, aunque no lo descarto, sino que yo hablo de que al ayudar a alguien se sienten mejor con su vida. Si yo puedo darme el lujo de ayudar a alquien más es porque yo no necesito ayuda, ergo mi vida es mejor.
   Bastante cinico de mi parte, no? Bueno, no. Yo simplemente trato de ver los porqués detras de todas las cosas, ya sean las buenas, las malas, las tragedias, las coincidencias, el machismo, el feminismo, la hipocresía, el altruísmo, la desesperación, o el hambre que tengo en este momento.

lunes, 5 de marzo de 2012

Otra feria, mismo domingo

Que lindo salir al mundo exterior y sentir como la caricia del astro rey te derrite la cornea y te calcina la piel en la cara, como un papel tapiz viejo raído y reseco, que se va enroscando sobre si mismo a medida que se descascara. Y ver las pústulas humanas pululando por la carroña que llaman feria.

Instrucciones para tomar sol

Primeramente se tiene que preparar psicologicamente a la idea de tomar sol. Hay que entender que el sol cae del cielo, y no se sirve en un vaso, si bien un poco de hielo puede ser bienvenido. Ya mentalizados hay que situarse en el lugar geográfico adecuado. Muchos escolares debaten sobre el punto exacto donde es optimo tomar sol. Discuten si Siberia tiene la humedad apropiada, o si el Sahara está sobrestimado, pero en lo que la mayoría suele coincidir es que se debe hacer al aire libre. Una caverna no es adecuada.
Paso número uno, espere al verano. Esta estación es fácilmente identificable por el aumento de las radiaciones solares, de los bañistas y de los patos australes.
Paso número dos, espere a que sea de día. Suele ser el momento en que hay sol.
Paso número tres, acuéstese al sol, dándose la vuelta a medida que se aburra. Cuando la piel empiece a arder está usted bronceado.



Thanks to Monique for the idea :)

viernes, 2 de marzo de 2012

Canto del sauce

Si no eres talentoso, se entonces un virtuoso. Juro que voy a rellenar ese molde con todas las letras de todos los libros, con todas las notas de todas las partituras, con todas las escenas de todas las películas, con todos los ingredientes de todos los platos, con todos los sueños de todos los corazones, con todos los segundos de todos los relojes, con todas las ideas de todas las mentes, conmigo mismo solamente. Voy a crear una roca tan grande que no pueda moverla ni yo mismo, solo para probar que no puedo existir, y me voy a ocultar tras esa piedra por tres días y tres noches antes de alcanzar mi apoteosis. No soy un oximorron, soy la disyuntiva de la realidad, la dicotomía de la razón, la yuxtaposición de moral y objetividad que se escapa a todos los cánones. Tal vez si fuera dios no sentiría la culpa, tal vez si no sintiera la culpa sería dios, tal vez dios sienta culpa, se refugie en un cuerpo humano, se olvide quien es y alguien le dedique una canción.
   Necesito soldados de terracota y un cielo estrellado bajo techo, necesito cuatro mil cuatrocientas, y una sola que me haga resolver sus tres acertijos, necesito sentirme necesitado, necesito no necesitar de nada ni de nadie. Tengo que construir con mis propias manos un imperio tan grande y tan majestuoso que nadie me crea. Tengo que subir de un solo salto a la luna, solo para probar que la gravedad no existe, y volver con una flor de topacio de recuerdo y regalársela a una estatua. Entre un martillo y un bisturí voy a escribir mi novela, entre golpes y porrazos voy a forjar mi espada. Ya no hay sal que arruine la tierra, ya no hay abono que le de gusto a mierda a la vida. Aquí me despido, aquí rompe el llanto de los lirios y los narcisos los consuelan.