viernes, 9 de marzo de 2012

Siguiente piso: el valor de la vida humana

—Hola Rafael.
—Hola Micaela.
—Tengo un pequeño inconveniente.
—A ver, contadme.
—Cuando miro a una persona caminando por la calle no puedo evitar acordarme de que no son más que una aglomeración de proteínas.
—Pero eso es lo que son las personas: un animal muy inteligente.
—No, pero más allá de que no son más que meros animales. Los animales, las plantas, no son más que un montón de reacciones químicas. Solo siguen el camino que ofrezca menor resistencia como un río.
—Sí, un ser vivo solo es un sistema que intenta aumentar el nivel de entropía siguiendo el camino que ofrezca menor resistencia, que se volvió cada vez más complejo con el paso del tiempo. Pero no se porque saber la verdad te representa un problema.
—En realidad no es eso lo que me molesta, sino sus derivaciones.
—¿Por ejemplo?
—¿Cómo piensa una persona?
—A través de su cerebro, que no es más que un montón extremadamente complejo de proteínas.
—Pero son capaces de tomar decisiones, ¿no? O sea, que tienen conciencia y libre albedrío, ¿no?
—Sí, es cierto.
—No, de hecho no. Sus decisiones no se diferencian de las que tome un perro o una ameba. Solo tienen más variables en su ecuación para tomar en cuenta. Una araña corre cuando siente viento en su espalda porque quiere decir que está al descubierto, o sea en peligro. Un humano primero miraría a ver si realmente está en peligro, pero correría igual.
—A no ser...
—Sí, a eso iba. Pensemos en los sucesos y condicionamientos que modelan el comportamiento de un ser humano. Llamemosle a esto un programa. Un ejemplo es cuando un padre golpeador le crea un complejo de inferioridad a su hijo, lo cual lo hace golpeador a él cuando tenga una familia.
—Pero ahí estamos entrando en el campo de las noxas.
—Sí, las enfermedades mentales son los programas que los humanos se han tomado el trabajo de catalogar y buscarles una explicación. Pero en realidad TODO el comportamiento humano está condicionado por distintos programas en mayor o menor medida.
—Ilústrame.
—Digamos que naciste en una familia con pocos recursos, por lo que sientes que debes ser un hombre acaudalado para ser alguien. O simplemente asocias los momentos en los que tu padre te daba un regalo como esos escasos momentos felices donde tu padre te demostraba cuanto te quería.
Ahora imagina que tu, como hombre exitoso le haces muchos regalos a tus hijos porque es la manera que aprendiste de demostrar amor. Tu hijo va a sentir que su padre no lo quiere, y solo le da regalos, y así sucesivamente.
—¿Cuál es tu punto?
—Una enfermedad mental se determina como tal porque no le permite al individuo funcionar "correctamente" en sociedad. Sí consideramos que todos los humanos se comportan según como fueron programados, la única diferencia sería que los enfermos mentales tienen programas dañinos.
—¿Así que solo porque te permita funcionar en sociedad, no quiere decir que no tengas una enfermedad mental?
—No son enfermedades mentales. He ahí el porque de darle un nombre distinto.
—Pero sabiendo esto, ¿no se recuperaría el libre albedrío?
—Nunca se perdió lo que nunca se tuvo.
—Vamos, el hombre acaudalado tuvo que elegir su carrera, su mujer, si tener o no hijos, que acciones comprar en la bolsa de valores, que taxi tomar, etc.
—¿Qué carrera? La elegiste por él en el mismo ejemplo que acabas de dar. Incluso el hecho de no elegir ninguna, o no elegir tal o cual porque es la que se espera de ti, está programado por algo más.
—O sea, que solo son variables que no estamos tomando en consideración.
—Es todo una ilusión. Como las computadores que simulan muy bien tomar decisiones, cuando en el fondo solo están siguiendo el programa que dice "en caso de A, has B"
—Pero un humano puede decidir que "en caso de A, puedes hacer B a no ser que no tengas ganas"
—Que no tengas ganas solo es otra variable. "en caso de A, has B, a no ser que C" Las ganas se dan a su vez por mil y un otros factores. Ellos no tienen elección.
—Aún no veo donde te afecta.
—No existe el bien, ni el mal; no toman decisiones, sino que simplemente se comportan como fueron programados, ya sea para ser un santo, un pedófilo, una estrella de cine o cajero de super; no importa realmente si mueren o no; no importa realmente si sufren o no, solo es una reacción programada más. ¿Cuál es el punto de castigarles? ¿Para qué molestarnos ayudarlos a aliviar sus penas o a ser felices? ¿Por qué deben ser mejores en absoluto?
—Porque no es relevante porqué sufren, sino si sufren o no. Porque nosotros también fuimos programados para ayudarles, tanto a aliviar sus penas como a que alcancen su felicidad personal antes de que sus efímeras vidas perezcan. Porque somos ángeles Micaela, por eso.
—¿Porque sí? Esa respuesta no es típica tuya Rafael.
—Me gusta lo que hago, no le veas lo malo.
—No voy a detenerme solo porque sea inútil. Solo quería conversar mientras el descensor llega al nivel del suelo.
—¿Y qué te parece: porque sin los humanos seguiríamos bajando con nuestras alas en lugar de estos cómodos descensores?
—A mi me gustaba usar las alas.
—Nunca te conformas con nada, ¿eh? Calla Mihael que ya llegamos.
—¡Micaela!
*Dink!

5 comentarios:

  1. Esta historia me hizo pensar en dos personas con las cuales supe hablar mucho...
    Uno se llama Guzman, tiene 17 años y una forma de pensar igual de materialista que la tuya...
    El Otro tambien se llama Guzman, tiene 23 años y soliamos escribir juntos historias de ángeles...

    Melancolia...

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  2. Creo que estás usando mal la terminología científica.

    "...un ser vivo solo es un sistema que intenta aumentar el nivel de entropía..."

    Por el contrario, todo lo contrario. Un ser vivo es un sistema termodinámico con un nivel entrópico infinitesimalmente pequeño. El propio paradigma de la vida es la antítesis de la entropía. Por eso es un milagro.

    Por supuesto, que al final la entropía siempre gana, pero la vida lucha hasta el final contra ésta y nunca a su favor.

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  3. Algo me hace pensar que vos sos la voz de Micaela, lo que me sugiere la pregunta: ¿entonces, quién o qué carajo nos "programó"?

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  4. Para expresar lo que pensás sobre los humanos, ya que entra en conflicto con tu propia condición humana; tuviste que crear un personaje superhumano. Te estás yendo al carajo...

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  5. Mihael y Rafael representan la dicotomía en mi dialogo interno. Fuimos programados por nuestro entorno y nuestros genes. Hay tres tipos de programas: los innatos, los adquiridos y los mixtos; el hambre es innato, la vergüenza es adquirida, y la necesidad de tener sexo sadomasoquista sería mixta.
    No es la primera, ni siquiera la segunda vez, que uso personajes "superhumanos". Siempre me gustó la idea del Ángel, es una lastima que la evidencia me diga que tengo que ser ateo, porque ni siquiera creo en la evidencia :/
    El ser vivo solo es el único resultado posible de las circunstancias que lo crearon.
    No conozco ese Guzmán, pero si piensa igual a mí, quiero al menos hablar con él.
    SALUDOS NIÑOS! Gracias por pasarse por aquí! n.n

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