viernes, 26 de abril de 2013

No hay mejor medicamento que la mente

—Esto es completamente in-profecional.
—Creo que esa palabra no existe siquiera, pero aún así estoy de acuerdo. Ahora, ¿por qué lo hiciste entonces?
—Porque no me importa. ¿Sabes lo raro que es encontrar a alguien como vos?
—Sí, lo se.
—¡Ha! ¿Ves? A eso me refiero. El solo hecho de ser consciente ya es un mérito.
—¿Tengo el trabajo entonces?
—Ah, yo no tomo esa decisión.
 —¿Cómo?
—¿Por qué me haces esa pregunta a mí? Yo no tengo nada que ver con eso.
—Pero me contactaste por mi resultado de los test psicológicos...
—Sí, pero yo no te hice esos tests. Yo ni siquiera trabajo para esa empresa. Solo soy amiga de la psicóloga que te hizo la entrevista y la batería de tests.
—Pero...
—¿Si?
—¡Eso es aún más in-profecional!
—Pensé que esa palabra no existía.
 —¡No existe! ¿O sea que, no solo me sacaste por los psicotécnicos que hice, sino que me sacaste por la selección laboral que hizo una psicologa amiga tuya???
—Me parece que estás entendiendo el nivel al que me estoy embarrando con esto.
—¿Puedo preguntar porqué?
—Ya te dije: ¿Sabes lo raro que es encontrar a alguien así?
—Pero... O sea... ¿Y si te digo que no? La psicología no es una ciencia exacta.
—Romina te hizo entrevistas, me dijo como sos.
—Pero, ¿y si se equivoca?
—Estoy más que dispuesta a correr ese riesgo.
—A ver, ¿qué tipo de hombre buscas? ¿Uno mentiroso? Porque eso es lo que yo soy. Mentí con fuerza en esos test, en esas entrevistas para conseguir el trabajo. ¡Ni vos ni Romina tienen ni puta idea de como soy! Ella agacha su cabeza y cambia su mirada a una de tristeza; él suaviza la suya y pasa a estar un poco menos a la defensiva.
—Te das cuenta de que estoy en una gran desventaja, ¿no? Vos sabes mi nombre completo, número de documento, de celular, correo electrónico, dirección, estudios, núcleo familiar, etc, etc, etc. Yo no se ni tu apellido.
—Placebo.
—Es un avance. Bueno, te escucho.
 Ella ilumina su cara disimuladamente—Bueno, asumo que que queres saber qué es lo que me llamó la atención de vos.
—Te equivocas. Eso ya no me interesa. Yo se cuales son mis virtudes, más allá de si el test fue correcto o no. Lo que quiero que me digas ahora es qué virtudes crees tener vos, como para que merezcas a alguien tan excepcional como decís que soy.
—Ah, bueno... Por ejemplo. Asumo que tenes problemas para encontrar a alguien que te soporte, ¿no?
—Auch. ¿Se supone que me estás intentando cautivar o ahuyentar?
—¡No, no, me refiero...! Me expresé mal. Lo que yo quería decir es que seguro que... Bueno, que sos muy peculiar, y no creo que tengas mucha suerte con tus parejas?
—Yo no dije que te equivocaras en primer instancia.
—Bueno, yo puedo tolerar lo que sea en un hombre, excepto que me aburra. Y seguro que vos no me aburrís. ¿Se entiende un poco a dónde voy?
—¿Qué me tengo que conformar con vos porque sos la única capaz de tolerarme?
—Auch. Ahora te tocó a vos ser un poco hiriente. Me decís que estás en desventaja porque se cosas de vos, pero vos sabes una de mí que es bastante vergonzosa en esta situación.
—¿A qué te referís?
—Que a mi me gustas vos, pero yo no tengo ni idea si yo te gusto—Ella se sonroja ligeramente.
—Bueno... Puedo ver como te ves—le contesta él—pero no se como sos. Debería conocerte un poco más primero, ¿no te parece? Así no solo nivelamos las cosas, sino que puedo hacerme una idea de tu persona como para poder decirte sí, eh—Él se sonroja ligeramente, pasa su mano por su nuca. Ella sonríe tímidamente y él habla de nuevo.
—La verdad, es bastante inusual ver a una mujer dar el primer paso, y mucho menos un paso como el que diste vos. Tenes que tener mucha autoestima. —Oh, no, para nada. De hecho es todo lo contrario. Vine con la mentalidad de "perdido por perdido"
—Pero, arriesgaste mucho al venir a verme.
—En realidad no. Yo tengo la opinión de que si es por un objetivo válido, todo sacrificio es poco.
—¿El fin justifica los medios?
—Sí, algo así. Más bien un "vale la pena el riesgo si tengo éxito"
—¿Y si no lo tenes?
—Bueno... No se, eso no me lo había planteado...
—"Perdido por perdido" ¿eh? Tenes mucha más autoestima de la que sos capaz de admitir me parece. Sos lo que se llama modesta.
Ella ríe sonoramente, él sonríe también. El mozo pasa por la mesa, él pide un café con crema y canela, ella pide otro igual que el que estaba tomando.
—Bueno, a ver. Cuénteme un poco de usted señorita...
—Placebo, Teika Placebo.

1 comentario:

  1. Planeaba pasar solo a invitarte a visitar mi página de fb: Supertramp fotos y expresiones. That`s it

    ResponderEliminar