lunes, 14 de febrero de 2011

Morir es vivir lentamente

Camina cargando un muerto. Lastima que no sabe que ese muerto habita en su piel. ¿Qué es vivir sino morir lentamente?  Lo iba a averiguar, así le tomara toda la eternidad averiguarlo. Entró a la cocina y tomó la cuchilla. El frío era lo ultimo que quería sentir, así que se desnudo y fue con el cuerpo abierto al cuarto de baño. Dejó correr la helada agua por la ducha, esa lluvia artificial que limpiaba solo lo exterior. Un diciembre de los fríos. En el aniversario de su cumpleaños. El día más corto, la noche más larga. Y ni idea tenía de cuan larga.
Temblando por el frío cortó su muñeca. Esta vez sí. Esta vez vio correr la vitae tibia por el brazo, y era casi un calor que quemara en anteposición. Se comenzó a marear, se sentó. Empezó a perder el conocimiento, y luego, de repente lo recuperó. Pero no se podía mover. No podía ver, oír, sentir. Ni el frío helado de la ducha, ni la tivieza de su sangre. Nada. Si vivir es morir lentamente, ¿morir es vivir apresuradamente?
El tiempo empezó a ralentizarce para él, la vida comenzó a alargarce, y una segunda vida le fue regalada por el simple hecho de haber muerto. Pero estaba atrapado en un caparazón oscuro e insensible. ¿Qué vida puede uno tener sin un cuerpo? ¡Pero no! ¡No era una perdida, sino una ganancia! Ahora no tendía que soportar las ataduras de un cuerpo!
Comenzó a crear un mundo en su mente, con las más grandes maravillas. Incapaces de ser en su vida anterior.
¿Ser millonario? ¿Rey del mundo? Eso es pensar dentro del marco de un simple mortal impotente. Aquí era el alpha y el omega. Explorador del poder de su mente en esos recónditos confines que comenzaron a pensar por si mismos. Un universo fractal que se retroalimentaba para dar lugar a una vida. Y al fragmentarce su mente, después de eones de una vida de inimaginables existencias cohexistiendo, una vida se separó de las demás. Una quiso vivir. Una quiso ser, no solo pensar.
Y comenzó a crear el universo de nuevo, desde el centro de la galaxia hasta el centro del sistema solar, hasta el centro del planeta. Y millones de mentes más surgieron de los fragmentos de este fragmento.
Y de las infinitas personas que habitaban el organismo que estaba simulando un universo, yo desperté y me encontré desnudo en un baño, con mi brazo sangrando, al borde de la conciencia, por hipotermia, por desangramiento, pero viví, aunque solo sean estos segundos antes de morir y de llevarme a todos ustedes conmigo.






Parte explicada:

El Solipsista, Fredric Brown

A Bunch of Rocks

4 comentarios:

  1. Me llena de orgullo leer cosas como esta. Se nota un gran progreso en tu escritura, quizas no soy quien para decirlo, pero desde mi humilde posición, te felicito! me encanto!

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  2. Gracias Fräuleins! Me animan sus comentarios :D

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