miércoles, 7 de noviembre de 2012

Tempus Fugit

Carpe Diem, Memento Mori decían los romanos. Y en los lindes del tiempo es donde más hay que recordarlo.
La mosca del tiempo es parecida a la mosca del sueño, pero mucho más terrorífica.
La mosca del tiempo no transmite la Tripanosomiasis, sino la Chronodisphasia. ¿Cuál es la diferencia entre estas dos enfermedades?
El envejecimiento artificial en la persona es uno muy acuciado, que junto a un trastorno del ciclo circadiano, causante de una perdida total de la noción del tiempo, crea la ilusión del paso de varias décadas en apenas meses. Esto sumado al letargo símil coma (que relaciona incorrectamente la mosca del tiempo a la mosca del sueño) crea la sensación general del pasar del tiempo (Uno despierta tras tres días pensando que fue una sola noche).
Increíblemente causa más temor a los seres queridos de la persona afectada por su toxina, que al pobre desgraciado con los días contados. Es de su mordedura justamente que sale esta expresión, pues hay una tabla de relación masa corporal-edad de la que uno puede desprender exactamente cuanto tiempo de vida le queda a uno tras el fatídico encuentro. No es de esperar que entre más viejo sea uno más tiempo de vida tenga, pero la mosca del tiempo parece tener la ironía bastante arraigada.
Como dato interesante cabe destacar que la Chronodisphasia al afectar la memoria y la capacidad de raciocinio de la persona afectada, crea la sensación de que son las demás personas las que están perdiendo el tiempo, y que en realidad uno está viviendo aceleradamente. Dicho esto no es de extrañar después de todo que cause más miedo en quienes rodean a un Chronodisphasico que a él mismo el acercamiento constante de la muerte. Un enfermo del tiempo suele tener una calma avasallante, como si tuviera todo bajo control, no escuchando las palabras desalentadoras de que su muerte se avecina.
Y algo importante a recordar es que, en definitiva, todos tenemos los días contados.

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