viernes, 28 de enero de 2011

Una gran mente

Al pasar frente al callejón su pie izquierdo se posó sobre una sustancia excesivamente desagradable, forzándolo a apoyarse en la pared con una mano mientras frotaba su zapato con un papel.

—Le recomiendo que lo frote contra el piso señor Smith.

El vagabundo no dormía, pero estaba acostado en lo que era su cama: un montón de diarios, cartones, trapos y básicamente basura. El señor Smith comenzó a frotar el pie contra el piso siguiendo el consejo del linyera.

—Eh, gracias. ¿Cómo sabe mi nombre?

—Yo se lo dí señor Smith. ¿No lo recuerda?

—Yo se quien es usted. ¿No eres al que llaman Oráculo?

—See, hay quienes me lo dicen.

El vago se endereza y mete la mano en la pila de basura para sacar lo que parece ser una botella en una bolsa de plástico. Le ¨limpia¨ el pico con una manga más sucia que la botella y toma un trago.

—Muy bien. Le voy a contar una pequeña historia señor Smith. Como usted sabrá hay en realidad nueve tipos de inteligencia. Yo soy digamos un superdotado en cinco, y digamos que un genio en las otras cuatro. Estas cuatro son la musical, la lingüística, la naturalista y la interpersonal.

El señor Smith solo lo miraba apaciblemente mientras se levantaba de su... cama, y lo veía sacar una pelota que presumiblemente habría sido de tenis algún día, al tiempo que tomaba otro trago de la botella.

—Ahora, con la kinestética es que puedo hacer esto:
Hizo un par de malabares con la pelota, la hizo correr por la espalda, por la pierna y la pateó hacia arriba, haciéndola rebotar contra la pared, para caer en el techo del restaurante que formaba dos de las tres paredes del callejón. Ahí la vio correr por las tejas, comenzar a rebotar y mientras caía hacia su cabeza, cerró los ojos y la atrapo con una mano.

—Pero es gracias a la lógica-matemática que puedo hacer esto:
Ahora la lanzó en un arco por encima del sombrero del señor Smith, directamente hasta la columna que habia atras suyo,. La pelota golpeó la columna, rebotó hacia la pared, donde golpeó un ladrillo suelto, haciendola subir en ángulo casi recto, cayendo en un arco hasta el bolsillo que el linyera mantenía abierto.

—Pero no me dicen el oráculo porque pueda hacer malabares con pelotas de tenis mugrientas. No señor Smith. Yo soy un autentico superdotado en la inteligencia interpersonal, y en la inteligencia emocional. Hasta tal punto que casi puedo leer mentes.

— ¿Me está diciendo que puede leer mentes?

Ahora el hombre indigente estaba revisando la basura del restaurante buscando algo que comer. Encontró unos restos prolijamente envueltos en una bolsa, como puestos para él, y cenó algo que de hecho se veía apetitoso y todo, excepto que lo comía con las manos.

—No, pero le aseguro que se lo que esta pensando esa mujer que va caminando por el otro lado de la calle con sus bolsas de las compras, con tanta precisión que si usted fuera y le dijera quedaría paranoica durante semanas mínimo.
Sumado a eso, como soy una de las mentes más brillantes en matemática que halla visto la tierra, y como tengo ademas una memoria sobrehumana, he creado en mi mente una base de datos con las actitudes, personalidades y decisiones de todas las personas que han pasado frente a mi. En esta ciudad tengo calculado que son, hasta usted y esa mujer, un 87.765%

— ¿Y eso que quiere decir?

El señor Smith lo vio tomar lo que quedaba de la botella y arrojarla en... la basura. Luego se sentó de nuevo en lo que sería su cama, que coincidentemente era también... la basura.

—Al tener la información de las personas que ya he visto, puedo deducir con quienes se encuentran. Y sabiendo que piensan ambos, puedo saber que influencia causa cada uno en el otro. Extrapolando, puedo saber que es lo que toda la ciudad está haciendo en este momento, puedo saber quien se acuesta con quien, quien odia a quien, quien se está por suicidar en este momento. Y lo más bonito es que usando mis habilidades en matemática, y muchos métodos que yo mismo inventé, puedo predecir con exactitud el comportamiento de la ciudad.

—Así que no solo lee mentes, sino que predice el futuro.

—Solo de esta ciudad, y con un obvio margen de error de un 0.076584%, pero sí, a efectos prácticos se podría decir que puedo predecir el futuro.

El vagabundo levantó el cartón corrugado que le servía de manta y se acostó de nuevo, mirando al hombre con su traje, maletín, sombrero y corbata, que lo miraba atentamente.

—Si es la mente más brillante de nuestra era, y es capaz de predecir el futuro, leer mentes y quien sabe que más, ¿por qué motivo vive en la calle en lugar de conseguirse una mansión?

El hombre desestimó las palabras del señor Smith con un movimiento de muñeca y se giró dispuesto a dormir.

— ¿Le gusta vivir en la calle?

—El problema es que soy esquizofrenico. ¿Por qué otro motivo habría un hombre como usted de hablarle a un hombre como yo?

El el señor Smith se desvaneció en el aire instantáneamente, dejando solo un sombrero y un maletín cayendo, que al tocar el suelo desaparecieron también en una voluta de polvo.

Y la mente más grande de nuestra era se durmió diciendo

—Al menos me hacen compañía...

5 comentarios:

  1. En el poco tiempo que te vengo 'leyendo' has mejorado notablemente, y no soy un tipo de hacer halagos fáciles. Creo que todo este asunto del blog y eso de "obligarte a escribir diariamente" está dando resultado, y lo creo enserio.
    Y también la ortografía, ¡joder! Ahora sí que escribes en español.

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  2. Bueno, gracias estimado Anónimo XD Me alegro de crear la impresión de que escribo algo decente ahora, por más que ambos sepamos que no es cierto :P

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  3. Bueno... cuando algo no me gusta, te lo digo nomás (ventajas del anonimato), como la cosa esa de los gatos, pero esto último es prometedor.

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  4. Hey! Hace rato que me tas leyendo! XD
    Yo aprecio la honestidad por sobre casi todas las cosas. Siempre pido que me critiquen, que es la única manera de mejorar :)
    (Y sí, lo de los gatos no me quedó como yo quería. Me quedó muy forzada la segunda parte)

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  5. Oficialmente comienzo a seguirte ahora, extraoficialmente vengo bardeando hace rato. Saludos.

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