miércoles, 13 de julio de 2011

Surlvival V

Survival I

Gutiérrez, Ramírez y Rodríguez contemplaban una enorme compuerta de metal sellada a cal y canto, iluminada tenuemente por la luz que bajaba por la última escalera a los sótanos. Tenía un teclado y un escaner de huellas digitales y de retina a un lado, pero estaba obviamente roto. También había muchos rasguños y golpes en la puerta, oxidada y con musgo cubriendo buena parte. Había agua en el piso, un nivel de unos pocos centímetros; los cables pelados que colgaban del techo afortunadamente estaban inertes. La puerta presentaba muchos golpes. Pero muchos. Demasiados... Lo que tranquilizaba a Ramírez un poco era que el oxido y el musgo habían prosperado SOBRE los golpes. Lo que preocupaba a Gutiérrez era exactamente eso.
—Espero que sigan vivos.
—Yo espero que lo que sea que mató a los de contabilidad no sea un riesgo para nosotros—le respondió Ramírez.
—¿Y cómo se supone que entremos?—Les dijo Rodrígues al tiempo que intentaba inútilmente abrir la puerta.
—Probemos por aquí—Le contestó Gutiérrez fijándose en el dúcto del que colgaban los cables.
Treparon usando los mismos cables con Rodrígues a la cabeza. En la oscuridad reptaron hasta que Rodrígues propinó un grito. Alguien lo había encandilado con una linterna.
—¿Quiénes se supones que son ustedes? No son de Contabilidad, ¿no?
—No—dijo al tiempo que bajaba—Yo soy Rodrígues.
—Gutiérrez.
—Ramírez, somos de Logística. Encantado ¿señor...?
—Molotov. Como el cocktail ¿Así que su tribu es Logística? Bueno, entonces son más o menos bienvenidos—Contestó el misterioso hombre y apuntó la luz hacia arriba.
Cuando sus ojos pudieron finalmente ver se percataron que la linterna estaba en la punta de un arma de asalto.
—¿Qué fue lo que pasó con la tribu de Contabilidad?
—Bueno, cuando nos sellaron ya teníamos un plan. Fue Fedor el que nos organizó. Bajamos de inmediato a los sótanos y nos atrincheramos aquí abajo. Los de Contabilidad vinieron a reclamarnos el agua y la electricidad, que venían por cables y caños subterraneos, pero nosotros jamas les cortamos el suministro al resto de la superficie, así que dijimos que no. Cuando nos negamos, rompieron la cerradura de la puerta e intentaron entrar por la fuerza; hicieron ese boquete por el que entraron ustedes, destrozaron casi toda la instalación sanitaria y eléctrica en sus intentos de entrar. Y desde entonces estamos en una especie de "guerra".
Molotov hizo las comillas con los dedos. Y Gutiérrez le contestó:
—No hablaba de que pasó entre ustedes, hablaba de que les pasó a ellos. ¿Por qué están todos muertos?

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