miércoles, 8 de diciembre de 2010

Survival IV

Survival I
Survival II
Survival III

Seguían a Cho media docena de gatos. Ellos tenían armas de fuego. Cho tenía una lanza. Rebotó contra los restos de un árbol para doblar una esquina, pero el primer gato se llevó un lanzaso en plena boca. Los demás derraparon varios metros antes de arremeter a disparar a su huidiza presa. Saltó al interior de una casa a través de una ventana baja. Dos gatos entraron por el mismo medio, y el segundo se encontró una lanza que provenía desde abajo. Le arroja el gato inerte a su congénere y sale por otra ventana, pero tres robots esperan frente a la puerta. Cho salta, gira, golpea, derriba uno, neutraliza otro, al tercero lo usa para cubrir el fuego del que sale de adentro, y remata al que estaba en el piso. Pero con una bala en el brazo izquierdo solo puede huir del único que queda.

Saltando entre los escombros de edificios, entre ruinas de derrumbes e incendios. Ya se había preguntado varias veces en su estadía en lo que queda de cuidad, que habría pasado. Ya en sus épocas de insurrecto la ciudad estaba llena de ataques, incendios, movilizaciones contra el gobierno, etc. Pero nunca se llego al punto de destrucción que ahora presenciaba a cada momento. No había un alma viva, no había un solo edificio en pie. A riesgo de perder su lanza ataco con el brazo débil. No podía seguir corriendo con una herida de ese calibre o moriría por perdida de sangre. Giro, salto, arrojo, cayó de espaldas y el tigre robot la esquivo. El gato salto garras por delante y un trozo de pared se derrumbo encima suyo. Cho había dado en el blanco.

Vendó su brazo. Saco su lanza, robada al guardia muerto, la retrajo y la guardo de nuevo en la muslera sin un rasguño. Estaba ya a solo unas cuadras de la puerta de la ciudad. Caminó tranquilamente, comiendo algo que estaba seco, sabia a pollo y tenia un envase plástico que decía "Comida deshidratada, con todo lo necesario para una dieta balanceada. Sabor pizza" Tenia que salir de la ciudad. BioCom estaba fuera, en un predio apartado. Hasta la cárcel subterránea estaba dentro del domo gigantesco. La cárcel. Como desearía olvidarse de la maldita cárcel. Ahí le dieron los implantes biónicos, para reemplazar las piernas y luego el brazo que perdiera minando.

Quién sabe que habría producido el derrumbe, los incendios, los gritos ahogados. Una pared de roca aislaba a Cho de sus compañeros de trabajo, pero pudo eventualmente salir a la superficie por túneles de ventilación y derrumbes que, para su suerte, se conectaron. Solo en la superficie supo del ataque de las... criaturas. Eran de alguna manera extrañas y familiares a la vez. Con tentáculos o tenazas; con muchas patas de insecto, o con un pie de babosa; algunos con alas, otros se inflaban como globos, otros cavaban túneles en la tierra como gusanos enormes.

Cho estaba en la puerta. Había varios cadáveres amontonados. La cámara automática filmaba sus movimientos. Una pantalla rota decía algo. El muro perimetral ya estaba antes de su arresto, fue el domo lo que se agrego después. Sabia que hacer. Se acerco al escaner, que comenzó a analizar el chip. Estaba tomándose su tiempo. Cho sudaba de nervios. Una compuerta se abrió... para revelar un arma pendiente de un brazo robótico. Pero las puertas principales no se abrían. El arma comenzó a girar. Cho cerro los ojos. Pero solo escucho "click, click, click" No tenia balas...
Bien, el chip se ve que ya no servía para salir. Pero al menos las defensas ya no funcionaban. Debería encontrar alguna otra manera de llegar a la cárcel BioCom...

Survival V

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