miércoles, 15 de diciembre de 2010

Seguir

Cae, se levanta y sigue corriendo. Ahora tengo un corte en el labio, pero mis piernas siguen sanas, excepto los raspones en las rodillas, pero eso no me impide seguir. Tengo que llegar, no hay otra opción posible. No quiero ni pensar en el fracaso. Ella sigue ahí atrás. A quien sabe que distancia. Entre el metal retorcido, entre... No, tengo que despejar la mente, tengo que concentrarme en correr, tengo que pensar que hacer, recordar alguna película, todo menos pensar que... ¡NO! Basta... 


Corto camino por acá. Me tiro por esta bajada y llego mas rápido hasta la estación de servicio que vimos a la ida, donde tienen que dejarme usar su teléfono para llamar a una ambulancia... O una morgue a esta altura. no, No, NO! No pienses esas cosas...   Fa, esta más empinado de lo que pensé... Fa, esta más lleno de pasto y plantas de lo que pensé... ¡FA! ¡HAY UNA PALMERA DE MIER- ! ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAHH!!!! ¡¡MI BRAZO!! 


No importa... tengo que seguir, ella sigue allá atras, y mis piernas siguen sanas. Excepto por los raspones en las rodillas y los cortes en el muslo de la pierna izquierda. Tengo que seguir. Tengo que seguir. Ella lo necesita. ¿Lo necesita realmente? ¿Tiene sentido lo que estoy haciendo? ¡SI! Calláte, seguí corriendo. Ya falta poco, ya veo la estación de servicio.  Ya casi puedo pedir ayuda para que... Ta, no importa, seguí corriendo. ¿Seguí huyendo? No, voy a pedir ayuda. ¿Por qué? ¿Para qué? Sabes que no tiene sentido. Sabes que ya- ¡NO! ¡BASTA! 
Ya casi-

...
...
¿Qué mier...? Un auto me choco. No importa. No, no, no importa. Estoy bien. ¡NO! ¡Escuchen! Déjenme en paz. No preciso ayuda. Ya casi llego. Solo me duele la cabeza y estoy un poco mareado. Tengo las piernas bien. Bueno excepto los raspones de las rodillas, los cortes en el muslo de la pierna izquierda, y creo que me doble el tobillo derecho. Pero puedo seguir. Tengo que llegar a la estación. Esta ahí, ahí nomas. ¡No, déjenme! No merezco- Digo no preciso ayuda.


¿Para qué voy a la estación? Yo... Yo... Este... 
Cae al piso de rodillas. Las lagrimas corren por sus mejillas desde hace tiempo ya. La vista en blanco. Los cesos de su mujer embarazada. El exceso de alcohol en su sangre. La falta de la más mínima herida en su cuerpo. Y rompe a llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario