domingo, 5 de diciembre de 2010

Una de gatos

Noir era un gato siamés. No, no estaba cocido a otro gato. Hablo de esa raza elegante de gatos. Tan elegante, que solo ciertas personas se pueden costear tanta elegancia. Requiere cierto tipo de persona especial para reconocer que es elegante y que no, y para ser ese tipo de persona es necesario "invertir" mucho en vienes... elegantes.
Así que Noir no solo era elegante por ser siamés, sino que además había sido criado en una familia elegante, con gustos refinados, y eso te vuelve un poco egocéntrico y orgulloso, pero eso solo es muestra de mas elegancia.
Noir tenia un cascabel. Pero era un cascabel especial. Podía... apagarlo, con un movimiento de la zarpa. Haciendo que esa ave que estaba tranquila de que el-estúpido-gato-tiene-un-cascabel-y-si-se-mueve-lo-voy-a-escuchar-a-medio-kilómetro, se transformara rápidamente en el ave aterrorizada que perositeniaun-ARRRRRGGHH!!!!!!
En este momento Noir tenia a un pinzón acorralado contra un árbol. Y lentamente se acercaba al pobre ave que ya estaba totalmente a su merced, con un ala en el pecho conteniendo su acelerado corazón. Y justo cuando Noir levanto la pata izquierda:
—¡¡Noir!! ¿Qué estas-? Oh, perdón. ¿Estabas tratando de cazar a esa pequeña ave?
Negro era un gato... gato. Si hubiera sido un calzado habría sido marca Naik. Era negro... en su mayoría... Bueno, también podría habese llamado Blanco, o Pardo, o Naranja. En realidad era manchado, como un mantel viejo. Pero su cara era toda blanca, excepto un parche negro alrededor del ojo izquierdo.
Negro había vivido su corta, pero ajetreada vida entre basureros y patadas en los cuartos traseros. La vida es dura, pero él lo era mas. Es solo que no lo demostraba. Demostraba más tener la capacidad de atención de una ardilla cafeinomana, los modales de un cerdo manco, ciego y ebrio, y la edad mental de un sufle de queso.
Noir bajo del árbol tan elegantemente como si hubiera sido su idea subir para ver esa hermosa vista que hay ahí arriba a esta hora del día, pero es solo por unos instantes, así que había que subir de un solo salto y se ve mejor de cabeza, no por supuesto que no me asuste, gracias.
—Buenas tardes... Negro. ¿Puedo preguntar a que se debe tu... agradable compañia?—Y, si bien los gatos son mas bien inexpresivos facialmente, Noir se las arreglo para disimular una mueca en los puntos suspensivos.
—Oh, nada. Solo vine por si había comi-digo. A visitarquieesaquella???
—¿Quien? ¿Neger? Ah, es la gata de los vecinos nuevos. Me cayó bien de buenas a primeras. Es muy reservada. Bueno, tal vez "arisca" seria mas apropiado, sino fuera una palabra inapropiada... ¿Negro?
Y cayó el cadáver del pinzón.
Neger había sido una gata callejera durante toda su vida, y que una veterinaria rechoncha, adicta a los pastelitos, y con un grave complejo de madre fracazada, hubiera decidido... adoptarla... no cambiaba el hecho de que ella era la REINA indiscutible de un circulo de quince kilómetros en torno suyo.
No, no es por miedo que camina así, como correteando, es por cautela. No, no busca peligros en los rincones, busca victimas. Neger no sentía miedo, pero no se vive en la calle por mucho tiempo sin mucha cautela y cierta dosis de paranoia.
—¡¡Hola Neger!! Yo soy Negro, encatado. Por esas casualidades no estas en celo? Porque yo si. Noir dice que los machos no tenemos época de celo, pero creo que él esta castrado, así que no se si cuenta su opinión.
Eso es lo que hubiera querido decir Negro. No, en realidad no es lo que hubiera querido decir, pero lo que hubiera terminado diciendo. El problema es que se lo intento decir a Neger. Así que lo que termino diciendo fue mas bien:
—Hol-AAAAAAAAAAAAAARRRRRGGGH!!! DOLOOOORRRR!!!! NOOOO!!! AHI NOOOOOO!!!!! OHPORLOQUEMASQUIERASNOOO!!! AUXILIO!! PIEDAD!! EUTANASIAA!!! MIAAAAUUU!!!!—Seguido de un montón de sonidos que me es imposible reproducir con un alfabeto. Bueno, podría, pero la verdad no quiero...
Pero cuando la... dueña... de Neger salio esperando ver como castraban a una manada entera de bueyes (Sí, había presenciado eso alguna vez en su vida...) encontró solo los restos mortales de un Negro. Los junto con una palita. Hizo un molde de yeso que relleno con lo que quedaba del gato. (Bueno, gato es una forma de decir. Puede que tuviera genes de hurón, mapache o hasta paloma*). Así que Noir tuvo la suerte de encontrar al día siguiente a un Negro casi como nuevo, y listo para la acción.
Noir ahora estaba acorralando a una calandria, que le rogaba de rodillas, y pasaba a informarle, como mero ejercicio ilustrativo de toda una familia entera de pichones de calandria que estaban a su cuidado. Podía tenerlos a todos si la dejaba vivir, así que por favor!!
—¡Hola Noir! Oh, perdón. ¿Lo hice otra vez?
Noir bajo del tejado tan elegantemente que era obvio que solo subió a cerciorarse de que estuvieran bien colocadas las tablas, y por NINGÚN MOTIVO Negro le tenia porque informar a nadie de ello...
—No es que seas un Don Juan normalmente, pero... ¿Que perros te paso Negro? ¿Te agarro una maquina de picar carne con patas? ¿O quisiste averiguar si podías darte la vuelta, de adentro hacia afuera?
—No, lo que paso fue que fui a presentarme a Neger que resulto ser un poco nerviosa pero muy amigable en realidad y su humana fue muy amigable conmigo también y me dio de comer una cosa como de pescado pero seca y no tenia mugre y no estaba podrida y también me dio un poco de los pas-te-li-tos que ella estaba comiendo o al menos eso dijo que eran y quienesesabellezaqueestaahi quienesella????
— ¿Eh? Ah, esa es Nero. ¿No te enteraste? Mi familia la trajo ayer. Es una cachorrita todavía. Por eso se muestra un poco tímida con gente con clase y estilo como yo. Es obvio que se siente agobiada por mí- ¿Negro?
Y cayo una calandria...








*El abuelo bola de pelos tenia habitos sexuales... amplios...  

1 comentario: